¿Cómo nace el proyecto Vulvar?
Luisina: Vulvar nació como proyecto de una materia. Nosotras cursamos Bellas Artes en Humanidades, y una de las últimas materias que cursamos es Proyectos II, donde presentamos el proyecto Vulvar.
Yasmín: Nació de una necesidad, de un deseo de objetos y productos que no conseguíamos en el mercado, y los empezamos a hacer nosotras para uso propio. A partir de ahí, de una manera bastante lúdica, surgió la marca y también nuestro trabajo.
¿Cómo surge la marca Vulvar?
Luisina: En ese momento, en el 2017, tenía que ver con una mirada femenina; siempre nos gustó mucho el estilo kitch, asociado con lo vulgar, y empezamos a hacer un juego de palabras entre vulva y vulgar.
¿En qué se inspiran hoy?
Yasmín: El gran motor es la conexión con el deseo propio, que es re difícil. Va por ahí. La misma conexión primitiva cuando surgió Vulvar, ver cuál era el deseo propio, ver qué quisiera tener yo, para llevarlo y conectarlo con el deseo del cliente. Por eso tiene que ver más con nosotras. Pero es algo muy personal de las dos.
Luisina: Quizás por nuestra formación que tiene que ver con la parte artística, a veces buscamos las fuentes: a veces nos gusta ir al Once, al Palacio de la Oportunidad, o a los cotillones, lugares que nos estimulen. O a veces, dentro de un perfil más artístico, cómo inspirarnos en cosas que nos obsesionan. Por ejemplo, Yasmin una vez se obsesionó con los ceibos, hizo un montón de producción de ceibos, algunas cosas de ahí salen. Es eso, siguiendo el deseo. Yo ahora estoy con los patos y los cisnes, entonces enfoco la producción con esa temática.
Yasmín: Algo de ahora que todavía no salió del todo, pero estamos viviendo en el mismo barrio, cerca del Parque Independencia, entonces ahora estamos con los patos del Laguito, meta sacar fotos de ahí que hay mucho material, el Rosedal, el Hipódromo, los caballos. Otra obsesión de ahora son los caballos. Todo lo que hacemos, además del deseo, tiene una connotación de chiste, algo de broma.
¿Qué pueden comentar sobre el contexto, de las ventas, de la relación con los clientes?
Luisina: Está el tema del volumen de ventas, y que nuestros clientes piensan un poco más antes de comprar. La compra no es tan impulsiva; aumenta mucho lo que es la financiación, la venta en cuotas, cuantas más cuotas, mejor. Tiene que ver con el poder adquisitivo de las personas, de lo que hoy en día rinde la plata. Es más costoso para nosotras el tema de las cuotas, lo que cuestan las apps de pagos.
Yasmín: La cuestión del deseo, de lo que hablamos antes, está súper atravesado por la cuestión económica. Hay que ser mucho más estratégico con el dinero, estamos muy afectadas por eso. Algo que hay que decir es que depende del gobierno y del momento, siempre hay algo. En un momento recuerdo que era el tema de las importaciones, estábamos como locas comprando insumos porque los insumos de metal son importados, el acero quirúrgico. Ahora, está la cuestión de lo difícil que está la venta, muy complicado, y el problema es otro.
¿Qué le pueden decir a la gente que las está viendo y que no las conocen, por qué apostar al diseño local?
Yasmín: Es importante, porque muchos de los pequeños productores somos los que mantenemos el circuito económico activo, y los que nos damos trabajo entre nosotros. Nosotras mandamos la tela a sublimar a un taller, que tampoco es una gran empresa, eso colabora mucho al circuito, a mantener esa economía en auge, con la gente que nos manejamos que también son pequeños productores. Nos parece importante también que se mantenga ese círculo económico dentro del país, porque con todo lo que pasó con Shein, estar consumiendo productos que están fugando plata para cualquier lado, es apoyar a un sistema productivo en masa con el que no estamos de acuerdo.
Luisina: Lo que también nos parece importante es el contenido y el sentido de lo que hacemos, que trasciende lo que es una prenda. Hay una cuestión identitaria, que cuando uno fomenta el mercado local, está reafirmando lo que acá se produce, más aún cuando se tiende a poner la vista en lo europeo, o lo que sucede en otro lugar, cuando es muy interesante poder ver lo que sucede acá, en el país, en Rosario, en la provincia, fomentar nuestra identidad.
Nos pueden contar alguna anécdota, algún recuerdo, sobre alguna dificultad que se les pudo presentar en ese proceso, y cómo se pudo resolver.
Luisina: Estoy pensando cuál de todos (risas).
Yasmín: Esta es una de las últimas, la recuerdo porque es más reciente. Errores en pedidos. Nos pasó que cambiamos de lugar de impresión de la tela. El archivo del diseño que yo había hecho, se ve que modificando los colores o algo así, mandamos a imprimir. Resulta que cuando vamos a buscar la tela, nos dicen que la tela estaba fallada. Resulta que cuando cambié un color o un filtro, se movió algo, y quedó un cuadrillé cada 42 cm. Así arruinamos una producción completa de tela. Ahora estamos buscando un modelo en el que se puedan usar esos recortes.
Luisina: Pasa eso. Siempre hay que reinventarse. Tenemos que ver qué entra cada 42 cm. Cosas como estas suceden.
Yasmín: Otra vez que había que pedir 12 de algo, pedimos 120.
Luisiana: Y todavía los tenemos (risas). Hay mucho de prueba y error, porque también somos una marca que no está hace tantos años, entonces muchas cosas se hacen aprendiendo.

