Hablando de Argentina, hemos escuchado charlas TEDx de Jorge Drexler, Adrián Paenza, Facundo Manes, entre otras personalidades destacadas. Pensado desde Rosario, ¿qué clase de historias se buscan cuando pudiera tratarse de personas sin exposición y desconocidas para el público promedio?
Para ello, hay que diferenciar el TED Global, de los TEDx locales. TED Global es un congreso creado en 1984, y una vez al año juntan en algún lugar 100 oradores en una semana. El formato comenzó en 1984, pero se comenzaron a grabar y a subirse a Youtube en el 2002, cuando apareció la banda ancha, y cuando el evento cambió de manos y pasó a ser una organización sin fines de lucro. Ahí fue cuando explotó en popularidad. TED era Tecnología, Entretenimiento y Diseño, pero de a poco fue tomando muchos rubros más en sus oradores. Pero faltaba algo. La gente veía una charla en su casa. Le gustaba, o no, y seguía con su vida. Pero lo que faltaba era lo que pasa en esa semana de TED donde muchas personas se juntaban a escuchar 100 charlas, y salían con las cabezas explotadas hablando entre ellos, maquinando cosas nuevas. Lo nuevo fue que se puedan organizar estos eventos en todo el mundo, y fue el Programa TEDx, que surge en 2009, y TED Rosario es uno de los primeros del mundo. Ahora hay unos 30.000 eventos TEDx en todo el mundo que replican este espíritu, en sus localidades, con su idiosincrasia, problemáticas, generando charlas, espectaculares si es posible. Lo que hace TED es entregar licencias de manera gratuita, pero siguiendo normas y pautas, y mientras se cumplan esas reglas uno es libre de elegir los oradores para el evento.
¿Cuáles son esas normas o pautas?
El objetivo de las reglas es que nadir arruine la marca TED haciendo un uso indebido. La primera regla es que cuando arrancás, no podés hacer eventos de más de 100 personas. Hay que hacer una separación de los espónsores de lo que son los oradores y de los organizadores; que no tengan injerencia sobre quién va a salir al escenario; y no meterse con la religión, con la política, hay que evitarlo. Y especialmente, con las pseudo ciencias: si va a subir al escenario, que sea comprobado que lo que va a decir es real.
Cuando se determina que una historia es plausible de ser comunicada, pero la persona puede no tener las herramientas para comunicarla. ¿Llevan adelante algún tipo de coaching con esa persona?
No todos somos oradores. Quizás alguien que tiene una idea genial o algo para contar, no tiene las herramientas o nunca las desarrolló. Allí es donde empezamos a ayudar a que, cuando se suba al escenario, se sientan cómodos y cómodas, y puedan transmitir la idea. Se entiende que las charlas TED son para compartir una historia de vida, o para motivar. Eso no. Es lo contrario. Nos enfocamos en buscar una idea a compartir; que no sea un proyecto a futuro sino que sea lo que esté ocurriendo o que haya ocurrido. Si se motiva o se inspira, es un sub producto, pero no el objetivo. El orador no tiene que venir a buscar aplausos, sino que sea un gran seguidor de esa idea que quiera compartir, y se la regala al público para que con ella pueda transitar mejor la vida. Nos gusta decir que le damos a la gente lentes para que pueda ver mejor el mundo. El Formato por el cual TEDx se hizo conocido es que no podía tener una duración superior a los 18 minutos. Pero a lo largo de estos 15 años la atención del ser humano ha caído drásticamente, al punto que hoy las charlas tienen entre 8 y 12 minutos. Lo que hacemos es trabajar mucho con los oradores para que puedan concentrar esa idea. Estamos meses desarrollando el contenido, y luego, viendo la forma de exponerlo, para que en el escenario no sientan ansiedad, temor, y que disfruten de la experiencia. La preparación es de alrededor de 40 horas de entrenamiento para 8 minutos de charla, para que no estén con un papel sobre el escenario, sino que puedan hacer lo que quede grabado bien y se pueda compartir con el mundo.
¿Te vienen a la memoria alguna charla TEDx Rosario, por su potencia, emotividad, o por algo inesperado que haya sucedido?
Siempre en los eventos pasan cosas. En uno de los primeros, se desconectó el cable del reloj que les marcaba a los oradores el tiempo que les quedaba, y algunos siguieron hablando por más de media hora. Pero hoy se trabaja tantos con las charlas que no hace más falta este timer. Pero siempre hay sorpresas en los eventos. En el 2013 teníamos un orador que empezó a prepararse con mucho tiempo. Lo primero que hizo es dejarse crecer la barba. Y si bien su charla era al mediodía, el orador estuvo desde las 7 de la mañana frente al evento, disfrazado de linyera, tirado ahí. Algunos se acercaron a hablar, otros les daban comida, o él se acercaba a pedir algo para seguir con el personaje. Al momento de su charla, sube al escenario vacío, rengueando, toma un micrófono que habíamos dejado en una mesa. Y era llamativo ver las caras de la gente diciendo, “uy, se metió”. Y Arrancó. Era Pachi Tamer, que tenía una iniciativa de postear fotos de gente de calle, les preguntaba cuál era su sueño, y le proponía a la gente donar un dólar para cumplirle el sueño a esa persona. Y al final de la charla, él se sacaba una prenda, y contaba una historia de una persona en situación de calle, y las razones que lo habían llevado a esa situación: violencia, drogas. Así con cada prenda que se sacaba. La sorpresa fue que se quedó sin prendas en el escenario. Sabíamos que iba a hacer algo de esto, pero no que se iba a quedar desnudo. Al lado tenía una bolsa con su ropa, y la asociaba a alguna oportunidad o privilegio que había tenido en su vida para llegar a ser lo que es hoy. La gente tampoco se lo esperaba. Lo aplaudieron de pie, porque la charla fue realmente excelente.
Cuando le dan un espacio a un NN, ¿ven qué pasa con esa persona el día después de la charla?
Antes buscábamos a personas famosas, pero hoy tratamos de evitarlas, ya tienen sus plataformas para contar sus ideas, además de tener sus vicios a la hora de contar sus ideas, que no se adaptan para el formato. Nos busca buscar a “los tapados”, esa gente que tiene algo para contar pero que no tiene la plataforma. Esas personas muchas veces se convierten en el referente de esa temática. Incluso en el proceso que llevamos con ellos, que tiene mucho de introspección, ellos descubren que esa idea es algo que los identifica o que les genera un propósito, y se empiezan a enfocar más en eso que, quizás, para ellos era algo lateral. Algo que como organizadores nos gusta mucho es lo que llamamos el Café Exploratorio, donde nos sentamos con la persona, sin saber si va a ser oradora o no, y conversamos durante horas, buscando ese momento donde le brillan los ojos, porque ahí se descubre por donde pasa la pasión de esa persona. La gente no es unidimensional, tiene muchas cosas para contar, pero como nosotros buscamos una idea, tratamos que haya algo de foco. Pero después ocurren cosas, se forman amistades, contactos, reciben más atención, y en algunas veces se vuelven más celebridades. El primer orador que tuvimos en el primer evento fue Estanislao Bachrach, que tiene varios libros, el primero fue, “Ágil Mente”, que habla de cómo funciona el cerebro y cómo ajustarlo para tener mejores resultados en la vida. Cuando lo convocamos era el profesor de universidad de un amigo que me lo recomendó. De ahí, hizo una entrevista en una radio, que después se transformó en una columna, que se convirtió en el primer libro, y ya lleva como 4 best sellers dando toneladas de charlas por todos lados.