Desde la gestión del Presidente Milei sobre fin de año celebraron que “lo peor ya pasó”. ¿Lo peor ya pasó?
Lo peor de una etapa de este gobierno ya pasó. Pero creo que lo peor de ese gobierno está por pasar. Quizás se vivió de un modo muy suave, comparado a la experiencia Macri, con un ajuste inicial que fue un tercio respecto de la magnitud del que vivimos ahora. Hoy la economía está más tranquila después de la devaluación que se vivió en diciembre, enero y febrero. Pero analizamos que el esquema económico, productivo, va a conducir de una manera inevitable a una crisis similar o peor que la que se vivió a partir del 2018 en el gobierno de Macri, la peor experiencia neoliberal.
Hablando de crisis con mayúscula, la última que se vivió en el país fue la del 2001, cuando la clase media o media ala salió a la calle cuando el gobierno mediante el corralito les atrapó los ahorros.
Del mismo modo que en el gobierno de Macri donde no se necesitó de ese sacrificio social que significó el 2001 -porque además hubo argentinos que perdieron la vida en la represión y eso no estuvo bueno-, siempre es mejor que se resuelva por mecanismos institucionales; mecanismos que van a estar al servicio de la población, para cuando la población lo decida, para sacarse de encima a este gobierno y poder elegir otra cosa.
Instituciones intermedias encargadas de canalizar esas demandas, pero que esta gestión se ha propuesto disolver o dinamitar.
Pero el modelo económico no tiene condiciones. Lo tienen atado a una aparente calma a partir de planchar el dólar, y aprovechar el efecto precio en la caída de los valores de los comodities, lo que provoca un abaratamiento a nivel local en valor dólar. Hay factores internacionales que ayudan a una menor inflación. El gobierno logra sostenerlo con el sacrificio de las reservas. No hay forma de acumular reservas que hagan frente a los compromisos externos que quedaron del gobierno de Macri, por lo que no van a poder resolver en el mediano plazo la situación externa del país.
Pero para el argentino promedio el país sigue siendo carísimo. ¿Qué sector es el que gana en Argentina?
Hay sectores que son los ganadores y sostenes de este proyecto político, son los vinculados al capital financiero, y su forma de inserción actual que tienen que ver con el hacerse de los recursos naturales con una lógica productiva primaria netamente depredatoria, y cuanto más y más rápido puedan sacar, mejor. Por eso el RIGI. Pero no creo que puedan hacer pie fácilmente. Porque a nivel internacional hay un cambio de época, una lógica un poco más proteccionista que le ponen un freno a estas grandes corporaciones que desestabilizan las estructuras productivas de los países. Y nosotros vamos a contramano, porque repetimos fórmulas de otra época que ya demostraron su fracaso y las consecuencias que genera para las mayorías.
Mile se muestra con Trump y con los principales líderes mundiales mientras que Argentina vuelve a una primarización de su economía. ¿Qué tanto nos acerca o nos aleja del centro del poder, y en qué lugar nos pone?
Me acuerdo cuando éramos chicos y jugábamos a la pelota, y decíamos “acá juega Maradona, Bochini”, y armábamos los equipos, pero los que jugábamos éramos nosotros, los pibes del barrio. Es una cosa fantasiosa que tiene este personaje, pero que no cuadra a nivel de la realidad. Por eso termina yendo a buscar ayuda a China. Porque la realidad económica no obedece a los caprichos que pueda tener un chico. Creo que nos va a alejar por un tiempo, nos va a hacer perder tiempo, va a traer un sacrificio innecesario. Las economías de Argentina y de EEUU de algún modo son competitivas. No tenemos nada en qué complementarnos. No es un lugar donde nosotros le podamos aportar algo a los EEUU y ellos a nosotros. Los acuerdos comerciales se definen por la complementariedad de las economías. Nosotros íbamos camino al BRICS (Brasil, Rusia, India,China y Sudáfrica) donde podíamos tener un lugar propio siendo quienes somos. No es el escenario para una alianza de libre comercio con los EEUU. El presidente puede tener su foto con Trump o Musk pero no vas a ser parte nunca de su equipo.
El modelo de Milei parece contar con apoyo social, mientras que en el frente no hay una propuesta clara.
Creo que con muy poco se la puede tener. Por lógica, una salida a este gobierno viene por el lado del peronismo. No hay hoy otra fuerza policía que este construyendo una alternativa a esto. No se ve otro. Peronismo que está viviendo su interna, interna que se puede dar el lujo de tener cuando uno está en la oposición, donde están barajando para dar de nuevo. Y ver cómo convence a la sociedad de que no va a ocurrir lo que ocurrió con su última gestión, que de algún modo fue una de las explicaciones de este emergente, que tiene que ver con una frustración, con una desilusión. Recordemos que en medio del caos económico y de esas frustraciones, Massa estuvo a 3 puntos de ganar en primera vuelta. Hoy creo que nadie está a favor de estas políticas. Mayoritariamente estamos a favor de la democracia, de la educación gratuita, de la universidad pública. El deseo mayoritario pasa por otro lado, más allá de la figura pública, disruptiva, difícil de explicar y de entender.
En las elecciones del 2023 las gestiones nacional y provincial giraron 180 grados; un gobierno central que se desentiende del interior, y un gobierno provincial obligado a un ajuste, ¿la continuidad representa alguna ventaja para la gestión de Javkin en Rosario?
Como beneficio para Rosario creo que no hay mucho. Lo que se estuvo viendo del nuevo presupuesto municipal es que busca sostener el ajuste a nivel salarial, y no hay un escenario de recomposición para la masa de trabajadores que son los que están al frente de lo que la municipalidad nos brinda. Creo que hay un lineamiento total en la Intendencia, Provincia y Nación en la lógica de ajuste. Es cierto que es muy imprevisible la relación, porque del otro lado tenemos una persona que no se sabe para dónde va a salir. No vamos a tener novedades en el frente de acá. Transitaremos los destinos de la Nación como ciudad, como lo hemos transitado en otros momentos. Lo que pasa es que todo eso se potencia en Rosario. Cuando hubo reindustrialización, Rosario levantó. Y cuando hubo desindustrialización, Rosario cayó más que el resto.
En el contexto de la reforma constitucional en la provincia, es posible que se aborde la cuestión de la autonomía para Rosario. ¿Alguna ventaja?
A nivel grupo no lo tenemos discutido todavía. Personalmente soy refractario a cualquier autonomización. La autonomización favorece mucho a quedar bajo el control de esos poderes. Debe haber cierta autonomía en cuanto a decisiones que deben ser propias del Ejecutivo local, pero ser provincia no beneficia mucho. La tendencia global es a un mayor grado de regionalización, en el sentido de unirse países o regiones para hacer frente a estos grupos concentrados. Entonces, nuestros estados, nuestras representaciones, en lugar de concentrarse, se van descentralizando, autonomizando, quedamos regalados a estos poderes concentrados. Y el hecho de que la capital no esté en el centro del poder económico provincial, creo que es un beneficio también para nuestra provincia. Hubo países que mudaron sus capitales para sacarlas del ámbito del poder económico. Darle autonomía a Rosario sería como desmembrar la provincia, y podría traer algún beneficio a corto plazo, pero a la larga a los rosarinos nos va a someter a los poderes locales, fuertes a nivel local, pero su poder a nivel provincial es menor.