Nacimiento de Glassé

“El proyecto –comentó Ismael Sleiman- nace por el 2012 cuando estábamos buscando una actividad laboral que no sea ir a una oficina todos los días, sino algo que apasione, que tenga un propósito. Ese año en un viaje a Chicago fuimos a un museo que tenía una Smart Home con soluciones sustentables. Allí había una mesada 100% de vidrio reciclado que llamaba mucho la atención. Y al regreso del viaje comenzamos a desarrollar una alternativa, con inversión propia y con ayuda del Estado, y recién en el 2019 comenzamos a vender”.

Conciencia ambiental

Sobre el porqué de trabajar con materiales reciclados, Matías Maurenzi, aseguró: “Toda la idea gira en torno a eso. Desde las máquinas, hasta la reutilización del agua usada para la refrigeración de la pulidora. Incluso el polvillo que sale del corte de las placas lo metemos dentro de las mezclas. A cada paso lo tratamos de hacer lo más verde y circular posible”.

Materias primas

“El 100% de nuestra materia prima es reciclada”, aseguró Sleiman. “Más allá del 20% de cemento y de aditivos, toda la materia prima es reciclada: vidrios, espejos, porcelana, mármol, granito. Hasta hemos agarrado a mazazos un bidet que encontramos en una obra en construcción. En nuestro barrio tenemos vidrierías que nos dan sus residuos o retazos. Hoy llegamos al taller y había una caja con botellas de gente que sabe de nuestro emprendimiento”.

Por su parte, Maurenzi indico que “A futuro nos gustaría que en cada distrito de la ciudad haya un lugar de acopio de vidrios, donde se haga la molienda para, asociados a talleres de este tipo, y que sea esa misma comunidad la que utilice esos productos para que el transporte del material sea el mínimo, y para que el transporte del producto final también sea el mínimo, y así reducir las emisiones contaminantes”.

Los clientes

Consultado sobre el perfil de su clientela, el ingeniero industrial reflexionó: “Además de ser gente a los que les gustan los diseños y que tienen algún tipo de compromiso con el medioambiente, es gente relacionada a la decoración, a la arquitectura, arquitectos que buscan un diseño personalizado. Y también, gente que les gusta el producto para decoración, la estética, con el plus del reciclaje”.

Futuro

“Soñamos con que este tipo de célula de producción se pueda replicar en otras ciudades, sin tener que ir a vender, por ejemplo, a Córdoba o a Santa Fe, porque eso implica llevarlo hasta allá, donde también hay residuos que se pueden procesar para producir el mismo producto evitando los traslados. Tenemos como objetivo el poder replicar esta mini fábrica en otras ciudades del país”, concluyó Sleiman.