“DMG” son las iniciales de un chico de 15 años que aparece señalado en al menos dos crímenes de la saga de asesinatos a trabajadores. El adolescente que no sólo está implicado en el primer crimen de la saga, el del taxista Héctor Figueroa, sino también en el crimen del playero Bruno Bussanich. En la audiencia imputativa a cinco personas que comenzó este martes en el Centro de Justicia Penal incluso se insinuó su probable participación en un tercer asesinato, el del taxista Diego Celentano, aunque en ese caso la mención fue menos contundente.
Se estableció además que días posteriores a los dos primeros crímenes, el capo narco Esteban Lindor Alvarado organizó una reunión desde el penal de Ezeiza para llevar a cabo los otros hechos que movilizaron a Rosario.
En estos dos casos un joven que cumple con prisión domiciliaria fue la persona que llamó a los sicarios para los siguientes asesinatos y así luego darles una recompensa de $400 mil.
Otra de las cuestiones que se informó en la audiencia clave, que pasó a cuarto intermedio, es que el adolescente de 15 años que mató al playero Bussanich también habría gatillado a uno de los taxistas.
Los sindicados homicidas del chofer de la línea K Marcos Daloia siguen prófugos y al menos el conductor de la moto está formalmente identificado. El gatillero, se dijo en la audiencia de este martes, sería otro adolescente, de 17 años. Detrás de la organización de este asesinato del 7 de marzo, los fiscales ubicaron a Axel Uriel “Franco” Rodríguez, quien hace una semana fue allanado en Provincia de Misiones al 2200, barrio Santa Lucía.
Su domicilio fue perfilado como una especie de base logística para la previa de los ataques, encargos que habría recibido de presos de Ezeiza. Axel, dijeron los fiscales, poseía una tobillera electrónica para que la Justicia monitoree sus movimientos, puesto que se encuentra ligado a un proceso penal por homicidio que tramita en el juzgado de Menores.
A Axel lo señalan como alguien ligado a los intereses delictivos de Claudio “Morocho” Mansilla, cuya sombra, como la de Esteban Lindor Alvarado –ambos presos–, sobrevuela detrás de la instigación de algunos de los hechos.
Al igual que a la facción de Alejandro “Chuky Monedita” Núñez, a esta banda le atribuyen usar menores para disparar: el que mató a Daloia, según un testimonio sería un tal Lauti, de 17 años.