El intendente Pablo Javkin y el ministro de Obras Públicas Lisandro Enrico brindaron este martes detalles sobre la obra hídrica en torno a la cascada del arroyo Saladillo, proyecto que se encontraba paralizado y que ahora se reactiva tras el traspaso de obra de Nación al gobierno de la provincia de Santa Fe. La obra se divide en dos etapas y desde hoy las máquinas retomaron la etapa inicial, que consiste en asegurar la fundación del puente Molino Blanco que conecta a Rosario con Villa Gobernador Gálvez.

En tanto, la segunda etapa, que también será afrontada por la Provincia cuando Nación confirme el traspaso, consiste en la construcción de un muro con forma de arco de hormigón, fundado a una profundidad de 30 metros. Cabe destacar que la intervención está incluida en el marco del Acuerdo Rosario, que comprende obras fundamentales para la ciudad que se llevarán adelante con financiamiento provincial, consensuadas y priorizadas entre el gobierno provincial y el municipio, entre las que se destaca además una intervención integral en el Parque Regional Sur, lindero al arroyo.

Durante una recorrida por la zona, el intendente recordó que “en el año 2007 esta era una obra que se iba a hacer siete kilómetros más allá, y producto de una acción judicial, se demoró”. En ese sentido, señaló: “Todo lo que ven acá era lo que teóricamente se iba a preservar, miren dónde quedó lo que se iba a preservar. En esta instancia, ya muy cerca al puente, con una necesidad de una obra mucho más profunda, porque implica ir 33 metros para abajo con un muro, una pared de hormigón, lo que vamos a hacer es salvar el puente”.

“Esto que era un paisaje original de la primera Rosario, se va a complementar con la obra del Parque Sur, y toda esta obra, la preservación de la cascada del Saladillo y obra del Parque Sur, nos va a permitir recuperar para la zona sur de la ciudad un pulmón verde, un parque, un cuidado del arroyo y una conservación del puente, que va definitivamente a apuntar el desarrollo en esta zona”, agregó el jefe municipal.

Por su parte, el ministro de Obras Públicas indicó que “es una obra que iba a hacer la Nación, que finalmente no la va a hacer, pero que el gobierno de Santa Fe retoma”, y explicó: “En esta primera etapa es terminar lo que es la protección del puente Molino Blanco, y después en breve poder empezar con la parte más compleja, que es la pantalla de protección de la cascada Saladillo, que es una estructura enorme de 33 metros de profundidad que hay que clavar donde está la cascada para que deje de retroceder, y una serie de medidas de protección”.

El funcionario provincial remarcó que la obra, con una inversión de más de 21 mil millones de pesos, permitirá “dar una solución de fondo a la retrogradación, al retroceso y al desmoronamiento histórico que tiene la cascada del Saladillo”.

También estuvieron presentes el secretario de Recursos Hídricos de Santa Fe, Nicolás Mijich; el subsecretario de Obras Públicas municipal, Juan Manuel Ferrer; la presidenta del Concejo Municipal, María Eugenia Schmuck, y concejalas y concejales.

Situación de la cascada

 

La cascada del Arroyo Saladillo en los últimos 20 años retrocedió 550 metros, el mayor desplazamiento tuvo lugar en el mes de marzo de 2017, momento en el cual se registró un avance abrupto de casi 300 metros quedando emplazada a 190 metros aguas abajo del Puente Molino Blanco.

El puente Molino Blanco es una vía clave para el transporte de personas y de mercaderías, que facilita el acceso a áreas industriales y comerciales, lo que impulsó siempre el desarrollo económico de ambas ciudades y de la región. El colapso del puente causaría congestión vial y dificultades para el transporte, afectando negativa y significativamente a empresas y comercios, provocando pérdidas económicas y de empleos.

Por ello, la finalización de las obras de refuerzo del puente y de control de la erosión, son fundamentales y urgentes, tanto para la protección del puente, como para la protección de las riberas.

El secretario de Recursos Hídricos provincial brindó más precisiones sobre las tareas a desarrollar. “Estamos arrancando de primera etapa, que es el aseguramiento del puente. La obra consiste en vincular el puente existente a fundaciones más profundas, que estaba planteada como primera etapa por el hipotético caso de que la cascada retrocediera hasta el puente, con lo cual esa obra aseguraba de alguna manera o garantizaba la circulación entre Rosario y Villa Gobernador Gálvez”, detalló Mijich.

Y prosiguió: “La etapa número dos es una obra que, para que tengan idea de la magnitud, ocupa alrededor de 15.000 metros cúbicos de hormigón. Es una pantalla de hormigón, una especie de represa que va a 33 metros de profundidad con 1,20 de ancho, y que también de alguna manera se protegen las márgenes de esa pantalla. O sea, se entra en las márgenes, y además tiene varias vigas de vinculación, 23 en el centro, que son una especie de tensores para sostener esa pantalla, y luego sobre todos esos tensores también se va a ejecutar una loza de hormigón que va a unir la obra de la etapa dos con la obra de la etapa uno”.