El Dr. Damián Verzeñassi titular del Instituto de Salud Socioambiental de la UNR, afirmó que el aire contaminado por los incendios en la isla provoca daño genético. El año 2025 comenzó con nuevos incendios en el Delta del Paraná, más precisamente en la zona conocida como Isla de los Mástiles, perteneciente a la provincia de Santa Fe.
Para el profesional, en Rosario, “estamos respirando un aire que está cargado con partículas que no solamente impactan en nuestros pulmones, en nuestras vías respiratorias y las inflaman, sino que además viene acompañado de químicos que incorporados en nuestros torrentes sanguíneos nos generan problemas de salud”.
El impulsor del informe “La vida hecha humo” indicó: “A nivel endocrino, el humo genera trastornos en los sistemas del sueño”. Y destacó que, “si tenemos menos oxigeno tenemos menos posibilidad de descansar, se alteran nuestros ritmos circadianos y de esa manera lo que se genera es un aumento en los niveles de estrés. Esto lo que hace es que nuestra sociedad, nuestra ciudadanía, se vuelva más irritable, y esa mayor irritación se traduce en mayores índices de violencia”.
“Un aire cargado de sustancias químicas y partículas en suspensión que no nos permiten oxigenarnos correctamente incrementa los problemas de salud cardiorespiratorios pero sobre todo cardíacos, aumentando los infartos y los problemas de insuficiencia cardíaca, nos generan problemas a nivel oftalmológico y dermatológico, esto lo conocemos todos, pero lo que no estamos muy en condiciones de asimilar es la información respecto del daño genético que genera el estar respirando aire con este tipo de partículas y de sustancias químicas”.
Embarazo
Según Verzeñassi, hay estudios que indican “que las mujeres que, estando embarazadas, respiran aires cargados de partículas químicas en suspensión, lo que hace es generar menos irrigación y menos oxigenación en sus niños y niñas en gestación. Esto implica, aumentos en los nacimientos prematuros, aumentos de los nacimientos con niños y niñas de bajo peso y aumento de riesgo de aborto espontáneo. También hay estudios que hablan de la cronificación de las enfermedades respiratorias”.
Entre las afecciones más frecuentes se encuentran la conjuntivitis, rinitis, sangrado nasal, epistaxis, llagas en la mucosa bucal, agitación, ahogamiento, sofocación, congestión, taquicardia, inflamación de ganglios, dificultad severa para respirar, insuficiencia respiratoria, broncoespasmo, disnea, neumonía intersticial, problemas cardíacos, dolor de cabeza, náuseas, mareos, cefaleas, vómitos, malestar general, falta de oxígeno, hipertensión arterial, alergias dermatológicas y seborreas, malestar gástrico, tristeza, angustia, cambios de humor, ataques de pánico, entre otras.