Sabrina Latino es abogada y actualmente se desempeña como responsable de la Oficina Municipal de Protección y Bienestar Animal perteneciente a la Secretaría de Control y Convivencia.
La semana pasada agentes de la Secretaría de Control y Convivencia municipal rescataron un perro en estado de extrema desnutrición en una casa de barrio Echesortu. El hecho se dio luego de que un vecino de la zona hiciera la denuncia. El animal quedó a resguardo en el Instituto Municipal de Salud Animal (IMUSA) para su recuperación.
“Los animales tienen derechos”, enfatizó Latino, y agregó: “Son titulares de al menos derechos básicos como ser el derecho a la vida, a la integridad física, a la libertad. Digo al menos, porque son seres sintientes, lo que se ha demostrado incluso a nivel científico; y si son seres sintientes, sienten dolor, placer, tienen miedo, padecen, sufren, y por lo tanto tienen que ser reconocidos como sujetos, y al reconocerlos como sujetos, es como sujetos de derechos”.
Sobre la especificidad del tipo de animales rescatados en Rosario, la abogada dijo que “lo común son los animales domesticados, convivientes, animales compañeros como perros y gatos”.
“Dentro de la ciudad se han dado intervenciones con animales de granja, como conejos o gallinas. También algunos patos nos han tocado en intervenciones. También se nos han dado algunas intervenciones con fauna silvestre. Hemos tenido reclamos donde hay aves que son aves de la fauna silvestre, y están por lo tanto protegidas, sobre todo de la fauna autóctona”, explicó Latino.
Además, agregó: “En ese caso se procede al retiro y al secuestro, y también algunas intervenciones con otro tipo de animales de granja ya más grande como ser cerdos, como ser equinos, y después animales silvestres de otro tipo, más allá de las aves, también nos ha pasado con algún carpincho. Esa ha sido alguna de las intervenciones, pero no nos olvidemos que dentro del ejido de la ciudad convivimos con otros animales también, a veces ya sea por la destrucción de su hábitat como ha pasado con los coipos, o con los carpinchos por el tema de la de las Islas y de las quemas”
La responsable de la Oficina Municipal de Protección y Bienestar Animal pidió también que se tenga consideración sobre que en determinados momentos las especies pierden el hábitat natural: “Nos encontramos dentro del ejido de la ciudad con otras especies con las que compartimos el espacio. Las quemas de las Islas hacen que muchas de las especies se vengan para el lado de la ciudad y de la urbe. Entonces tenemos estas intervenciones, a veces es de colaboración o de rescate propiamente, no solamente en caso del tráfico ilegal”.
Desde 2020 la Oficina Municipal de Protección y Bienestar Animal comenzó a funcionar con la principal función de coordinar y colaborar con las distintas áreas de la Municipalidad, otros organismos gubernamentales y diversas ONG, gestionando y elaborando planes de acción integrales y también evaluando y realizando un seguimiento a la política animal del municipio.
“Lo que veíamos era que los reclamos hacían referencia a situaciones en donde hay una transgresión de la persona en relación al animal o al cuidado hacia el animal, ya sea porque está en una situación de maltrato, o porque hay una infracción en relación a que se lo deja suelto, y ese animal puede ocasionar algún riesgo o peligro para otro animal o para otra persona. Teníamos en cuenta que muchas veces vamos por el lado de la intimación y la infracción hacia esa persona que está transgrediendo. Y en muchos casos también hemos visto la necesidad de poder auxiliar o prestar ayuda en esta situación. Ésta es un área de control donde específicamente lo que hace es verificar, constatar aquellas conductas que transgreden nuestro nuevo código de convivencia”, explicó Latino.
En relación con el proceso de entrega voluntaria de un animal por parte de algún vecino o vecina, Latino aclaró que eso “varía muchísimo de acuerdo al caso”.
“Mucha gente requiere ayuda, y a veces brindamos ayuda en poder castrarlos, trasladarlos para darle una atención primaria en el IMUSA. Si el caso es extremo instamos a la entrega voluntaria del animal. Si no fuera el caso, nosotros elevamos la denuncia penal, o solicitamos a la fiscalía que pueda darnos la posibilidad de una orden de allanamiento, y con esa orden no sólo intervenir en el domicilio, sino secuestrar el animal de manera compulsiva”, y agregó: “Instamos a que sea de manera voluntaria para que ese animalito entre en el proceso de poner a resguardo y que luego sea dado una adopción a una familia responsable. Si no encontramos un hogar de tránsito, el lugar que a veces tiene destino es el IMUSA, en donde también tiene esa segunda oportunidad de entrar en el proceso de adopción para encontrar una familia. No es fácil, por eso siempre apelamos a la ayuda de las ONGs y a la ayuda de los ciudadanos y ciudadanas que puedan no solo comprometerse con el reclamo que realizan sino comprometerse con la posibilidad del hogar de tránsito para ese animalito que a lo mejor queramos sacar”.
Sobre la adopción de los animales rescatados que se encuentran al resguardo de tránsitos de ONGs o que bien se encuentran alojados en el IMUSA, Latino insistió en que “la gente adopte, que la gente no compre y priorice a los animalitos que son más viejos”.
“Muchos son difíciles de adoptar, pero en realidad hay que considerar que son individuos, y no todo animalito va para el mismo hogar. No todo perro puede ir a cualquier hogar. Depende si ese animal puede llevarse con niños, con otros perros, o con gatos. Esa esa convivencia la tenemos que siempre considerar a la hora de adoptar”, enfatizó.
Con respecto al caso más significativo ocurrido en el último tiempo, Sabrina Latino detalló el caso de Caramelo, un perro en estado de extrema desnutrición en un domicilio del Distrito Norte de la ciudad.
“Primero fuimos antes como Área de Control a hacer una constatación. Advertimos que este animal no estaba en las mejores condiciones. Insistimos con la dueña, le dimos incluso las herramientas en cuanto a que podía llevarlo al IMUSA a hacerlo atender, o qué era lo que tenía que mejorar. Fuimos con un veterinario que le dio esas recomendaciones, y le dimos un plazo”, contó Latino, y agregó: “Fuimos en una segunda oportunidad. La señora nos explicó que tenía algunos problemas económicos, también lo entendimos y le dimos otra oportunidad más. En la tercera, cuando llegamos las condiciones del animal eran terribles, estaba literalmente tirado como si se lo hubieran olvidado en la terraza, no tenía resguardo, no tenía agua, no tenía comida, y estaba absolutamente caquéctico, eso significa que se le notan todos los huesos. Ese fue un caso que realmente me marcó, y que la recuperación de Caramelo, a pesar de ser un perrito adulto, se fue recuperando maravillosamente. Al día de hoy está en un hogar de tránsito esperando ser adoptado, y está divino, el cambio del perro es impresionante. Ese caso me marcó bastante porque no nos interesa molestar ni hacer de esto una multa. Nos interesa también la educación, y que la gente entienda esto: tienen derechos y nosotros somos los principales cuidadores o responsables de ellos y debemos velar por esos derechos”, finalizó.